La econom\u00eda social y solidaria permite unir a personas que consumen, producen y apuestan por otros valores y formar circuitos cortos de producci\u00f3n y consumo que nos permiten proveernos de casi cualquier necesidad. Pero la Asociaci\u00f3n Transatl\u00e1ntica de Comercio e Inversi\u00f3n que, desde julio de 2013 se negocia entre la Uni\u00f3n Europea (UE) y los Estados Unidos (m\u00e1s conocido por sus siglas en ingles, TTIP<\/strong><\/a>), busca justo lo contrario: es una especie de nuevo golpe de estado econ\u00f3mico y financiero <\/strong>para instaurar una constituci\u00f3n de las corporaciones transnacionales, con el fin de profundizar y extender \u2013a\u00fan m\u00e1s si cabe\u2013 el control de las multinacionales sobre la pol\u00edtica, los procesos legislativos, los \u00e1mbitos de la econom\u00eda a\u00fan no mercantilizados y la vida misma. Lo que se gesta es uno de las mayores ataques a los derechos sociales, laborales y ambientales a\u00fan existentes. ….<\/p>\n