3.000 personas se manifestaron el pasado 20 de abril para exigir la paralización de los sondeos, obras y proyectos del TAV, a la par que defender una alternativa más barata económicamente y menos agresiva medioambientalmente, recogida en el estudio «Análisis de trazados y propuestas para un tren público y social en Burgos, Álava y Navarra».
Dicho informe, elaborado en 2022, defiende unas actuaciones que serían dos mil millones de euros más baratas que el presupuesto contemplado para el TAV -4.327 millones-, además de tener una menor afección ecológica, por plantear soterramientos, pasos de fauna, alejamiento de cursos fluviales e integración urbana, además de reabrir estaciones y apeaderos ahora en desuso.
En la práctica, se trataría de aprovechar las vías actuales, mediante su reforma y modernización, en lugar de llevar a cabo un nuevo trazado único para el TAV. Con ello, se podría aumentar la capacidad y frecuencia de los trenes de viajeros y mercancías frente a otro medio de transporte mucho más exclusivo.
La protesta, que contó con un buen número de actividades de carácter cultural y festivo en su recorrido, fue organizada por Nafarroa Trenaren Alde, Araba Trenaren Alde y Goierriko AHTrik EZ.