Desde Gipuzkoako EHNE queremos hacer un llamamiento a los y las pastoras de Euskal Herria para que sigan trabajando con el objetivo de conseguir el mejor precio para la leche de oveja latxa ya que es un producto de máxima calidad. Asimismo, queremos recordar que es un momento idóneo para conseguir el objetivo, puesto que ha subido la demanda estos últimos años.
Próximamente llegará el momento de entregar la leche de oveja y recordamos que las condiciones de los contratos deben ser conocidas por ambas partes con dos meses de antelación (tanto el comprador como el vendedor), antes de comenzar las entregas el contrato debe estar firmado y de tener duración determinada. Y lo decisivo: teniendo en cuenta la nueva ley de la Cadena Alimentaria, queremos recordar, que no se puede vender a un precio inferior al que cuesta la producción de leche. Por lo tanto, defendamos el precio de la leche de oveja.
El contrato de leche normalmente tiene una duración de un año, o la duración de la campaña, porque hay que programarlo previamente, porque trabajamos con la naturaleza, la leche no se produce de un día para otro haciendo magia. La firma de contractos con la industria quesera es un requisito imprescindible y ha supuesto un gran avance. Pero hay que analizar y valorar bien las cláusulas contratadas, porque en ellas puede estar escrito el futuro de los caseríos. La hierba, el forraje, el cuidado utilizados para alimentar a estas ovejas los hemos pagado por adelantado, con el fin de sacar una cantidad de litros de leche y con ello sacar un sueldo para sobrevivir. ¡Defendamos el precio de la leche de oveja y nuestro modo de vida!
Los y las pastoras, y las baserritarras en general, no sólo generamos alimentos: cuidamos el medio ambiente, trabajamos para recoger las emisiones de CO2 cuidando los pastos, cuidamos la raza ovina autóctona, conservamos un profundo conocimiento de nuestro medio natural, por todo ello no se nos paga nada, pero también lo damos.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que compre queso local o leche de oveja. Porque el futuro de los y las pastoras, y de las baserritarras, dependerá, más que nunca, de lo que consumamos.